jueves, 30 de julio de 2009

EL MUSEO Y EL PATRIMONIO BÉLICO-MILITAR

La guerra y todo lo que rodea a esta actividad es un campo tradicional de la museología. Sin embargo, a lo largo del siglo XX y por diversas razones, el patrimonio militar europeo está revalorizado enormemente, encontrando los museólogos en este ámbito enormes posibilidades de investigación científica y aplicaciones didácticas, muy en relación con las recreaciones históricas.
La guerra forma parte de la Historia y sería absurdo pretender que se pueda entender ésta sin aquella. Desde que el concepto de patrimonio se ha extendido a otros campos que no son estríctamente artísticos y arqueológicos, todo lo que tiene que ver con el devenir de los hombres tiene interés, incluida la barbarie y la violencia. La diversidad del patrimonio militar es enorme y proporcional a los esfuerzos invertidos, en todo tiempo y lugar, por procurar seguridad y control del territorio. Los restos bélicos dejados en el paisaje, tales como murallas y líneas defensivas, la adecuación de los asentamientos a un recinto murario y todas las tipologías de objetos y artefactos diversos con función ofensiva o defensiva elaborados por la Humanidad no pueden ignorarse en aras de un pseudopacifismo que niegue los valores históricos, arquitectónicos, tecnológicos y también artísticos de este ámbito de nuestro pasado.




Castillo medieval
En este sentido conviene recordar que hoy constituyen Patrimonio de la Humanidad y sin que ninguna voz haya cuestionado su elección unánime, numerosos recientos defensivos y castillos medievales, como la Gran Muralla China o el casco antiguo de Dubrovnik en Croacia.
En España los museos militares y en especial su "buque insignia", el Museo del Ejército, cuyos precedentes corresponden a la época e iniciativa de Godoy a principios del siglo XIX, la historia militar del país.
Y es que el reconocimiento de la historia militar y en consecuencia la puesta en valor de los lugares ligados a ella tienen una gran raigambre en Estados Unidos y en buena parte de Europa. En el primer caso ha de citarse la musealización del lugar en el que tuvo lugar la batalla de Saratoga de 1777, en Nueva York, que ha dado lugar al Saratoga Nacional Historic Park, creado en fecha tan temprana como 1927 para conmemorar la batalla decisiva en la lucha por la independencia americana. En Eurpa este interés guarda sobre todo con los acontecimientos bélicos de la Segunda Guerra Mundial, pero también con la llamada Gran Guerra y los grandes hitos de la expansión napoleónica. En Francia el Musée de la Bataille de Verdun sirvió para conmemorar esta importante batalla de la Segunda Guerra Mundial, pero su instalación data de 1967 y hoy resulta, en cuanto a su exposición, algo anticuada. Sin embargo, la idea se exportó a otros muchos museos y memoriales que se crearon en los años 90 con el propósito de explicar el patrimonio militar al gran público. Por ejemplo, al dedicado a la Gran Guerra en Peronne o al pequeño museo monográfico de Vimy, cerca de Arras.




A las trincheras
En Normandía son numerosísimos los centros y museos que han surgido en relación con el desembarco de los aliados en 1944: Arromanches, Caen, Calais, Omaha Beach....son algunos de los 36 centros relacionados con él, hasta el punto de que se ha llegado a afirmar que la economía de Normandía vive hoy, directa e indirectamente, de los recursos que obtiene del recuerdo del desembarco aliado. También se ha musealizado el entorno de la batalla del Somme y el de Las Ardenas.
Tampoco están ausentes los museos dedicados a la Segunda Guerra Mundial en Alemania, si bien los que más interesa destacar son los relacionados con la memoria del holocausto judío.

La líneas establecidas con motivo de las grandes contiendas europeas han sido también objeto de musealización en algunos casos. Así, la Línea Maginot, especialmente en la zona de Alsacia y Lorena, establecida por el ministro de la Guerra francés André Maginot en 1930, o el Museo del Atlántico, desarrollado como defensa por los alemanes en la zona de Normandía con objeto de evitar el avance enemigo. Hoy se han convertido en interesantes centros de explicación del patrimonio que permiten al visitante reflexionar sobre la guerra y también sobre la paz.




Museo de Normandía
Hay que citar también los museos monográficos que tienen el doble interés de conservar los avances de la tecnología puesta al servicio de la vida militar, en especial, durante el siglo XX. El Musée de L'Air et de L'Espace Le Bourget, creado en 1916 en Francia, es uno de ellos. En España cabría citar el Museo de Aeronáutica de Cuatro Vientos, el Museo de Unidades Acorazadas de El Goloso o el Museo de Vehículos de Torrejón de Ardoz, todos ellos de titularidad militar. En cuanto al patrimonio militar naval, desgraciadamente son pocos los ejemplos españoles que pueden citarse, con la honrosa excepción del Museo Naval del Ministerio de Defensa. Sin embargo, no se han conservado y musealizado buques de diferentes épocas, como sí ha ocurrido en países como Suecia o Inglaterra.

En España se conservan convertidos en museos militares o musealizados por su interés monumental algunos de los muchos castillos medievales (Alcázar de Segovia, Castillo de Manzanares el Real...) fortalezas barrocas (Puigcerdá, Alburquerque, Ciudad Rodrigo, Pamplona, Jaca...) y fortines que posee nuestro país. Entre los primeros cabe citar a modo de ejemplo el actual Museo de -El Desnarigado-, en Ceuta, con antecedentes en fuertes del siglo XV y XVI. A principios del siglo XX, el fuerte dejó de prestar servicio como batería y pasó a ser polvorín, para convertirse finalmente en 1984 en un museo dedicado a mostrar la historia militar de la ciudad.
Entreel rico patrimonio de forticaciones que pertenece y es administrado por el Departamento de Defensa cabe destacar también la intervención en el Castillo de San Fernando en Figueras. Es éste una magnífica fortalezal tipo "Vauban" que terminó de construirse muy avanzado el siglo XVIII y hoy se ha convertido en un centro patrimonial que se mantiene gracias a la coordinación y participación de tres administraciones públicas: su titular, el Ministerio de Defensa, la Generalitat catalana y el Ayuntamiento de Figueras.
Por el contrario, no se han potenciado demasiado hasta la fecha muchos otros aspectos del patrimonio militar, como por ejemplo la localización para el estudio histórico de los campos de batalla y de las líneas defensivas y atrincheramientos, si bien han ido surgiendo en ocasiones vestigios de éstos como consecuencia de la intervención puntual sobre el patrimonio arqueológico o los trabajos de la llamada Arqueología Preventiva en cada región. Así, en la Comunidad Autónoma de Madrid se han localizado las lineas defensivas de la capital en las terrazas del Manzanares como consecuencia de la elaboración de la Carta Arqueológica de la región.

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