sábado, 31 de octubre de 2009

LA VIOLENCIA POR DIOS

Retrato imaginario de Hipatia, por Rafael Sanzio. Detalle de La escuela de Atenas (1509-10;Museos Vaticanos)

La filósofa más relevante de la Antigüedad griega de la que tenemos noticia es Hipacia (
Hipatia de Alejandría), neoplatónica, fallecida, presumiblemente, en el 415 d.C. Fue hija del matemático y astrónomo Teón de Alejandría, quien fue maestro, y se interesó por las matemáticas y la astronomía como prueban los títulos de tres de sus obras perdidas; Comentario a la aritmética de Diofanto, Sobre las cónicas de Apolonio y Corpus astronómico.

Se instaló en Atenas donde estudió a Platón y a Aristóteles y tuvo una gran influencia en los ambientes filosóficos alejandrinos, unificando el pensamiento matemático de Diofanto con el neoplatonismo de Amonio y Plotino. Su discípulo Sinesio de Cirene nos dice que intentó aplicar el razonamiento matemático al concepto neoplatónico del Uno, mónada de las mónadas. Pagana, pero partidaria de la distinción entre religión y filosofía, adquirió también su gran prestigio en los ambientes políticos de Alejandría, frecuentando al romano Orestes. Ello provocó la envidia y el rencor en los ambientes cristianos. Hipacia fue agredida en la calle brutalmente asesinada por un grupo de fanáticos, dirigido por un religioso llamado Pedro. Pero detrás de la agresión se decía que era responsable Cirilo, patriarca de Alejandría, que la consideraba culpable de las persecuciones que habían sufrido los cristianos. El dramático episodio de su muerte -fue violada y lapidada por un grupo de facineros- alimentó la imaginación de escritores y poetas como Charles Kingsley (1835), Leconte de Lisle (1852) o Charles Péguy (1907), que la inmortalizarón como la última heredera verdadera del pensamiento griego en un mundo romano entregado ya a la cultura y a la fe cristiana.

Aunque no nos haya llegado ninguno de sus escritos y, por tanto la reconstrucción de su doctrina deba hacerse de modo indirecto e hipotético, de numerosas fuentes surge la excepcionalidad de su figura: filósofa, científica, maestra, punto de referencia político de la comunidad griega de Alejandría, en resumen, una gran autoridad. En una época en la que la Iglesia cristiana, con sus Padres, asumía cada vez más el papel de institución y procedía a la marginación de las mujeres del culto y de las funciones sociales de poder, una pagana surgía como símbolo de sabiduría y competía con las autoridades religiosas de su ciudad. Un conflicto religioso que ocultaba una disensión mucho más profunda: Hipacia representaba la tradición la sabiduría femenina, una antigua tradición egipcia y griega y, por consiguiente, causaba mayor disgusto como docta que como pagana: las mujeres no debían hablar ya en las asambleas o en los lugares de culto, y menos que nunca debían enseñar en las escuelas.

Hipatia en una representación idealizada de 1908

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Tuvo que ser una mujer excepcional. Un verdadero genio, libre e influyente, y eso, supongo, molestaría a los adalides del nuevo orden religioso, político y social. Gracias Koora por la entrada.

Por cierto, he visto en mi blog que tengo una seguidora más :D. ¡Gracias ;)!

Sianeta dijo...

Hola Isa! me ha gustado mucho esta entrada. No sabía nada de esta fascinante mujer hasta Amenábar. Como dice Trini, demasiado poder para una sociedad como aquella. Y más en manos de una mujer.
Gracias, camarada. Yo también he visto que tengo una seguidora más ;)

Anónimo dijo...

Koora, vi que se te dio bien el truco que te enseñé para colgar vídeos en tu blog ;). Me alegro y me encanta los que has puesto.

Trinidad

Isabel Castillero Luque dijo...

Gracias chicas!!! Pensé en colocar esta entrada después de ver la película pues recordé que leí sobre ella hace unos años en un libro que tengo sobre las filósofas en la Historia.

Vaya Trini, eres una maestra hipermedia, pues tu consejo ha salido redondo, ya lo has comprobado y me alegro que te guste ;-)

Nictea dijo...

Me alegré tanto cuano leí que Amenábar iba a dar a conocer a Hipatia... tenía grandes espectativas con esta película, porque se trata de una historia que no tiene ningún desperdicio. Por eso me daba miedo que al final me decepcionara, pero muy al contrario, me fascinó, y a pesar de conocer los hechos desde tiempo antes de que se empezara a hablar de ellos, he de reconocer que salí de la sala del cine llorando. y totalmente convencida de que Amenábar es un geniio que había logrado una película magistral sin necesidad de recurrir a la historia de amor.

Me quedo con dos frases de tu entrada:

"Paritadaria de la distinción entre religión y filosofía" (porque siempre dije que no hacer eso impidió a los egipcios anteriores a Alejandro una evolución que podría hebr sido de muy grandes dimensiones, no sé si lo recuerdas)

y "causaba mayor disgusto por docta que por pagana" (porque es totalmente cierto, y porque le hace justicia con respecto a los cuentos románticos del s. XIX, sin embargo bienintencionados)

Me alegro de volver a tener contacto contigo ;)

EL TIEMPO, GRAN ESCULTOR.

La erosión debida a los elementos y a la brutalidad de los hombres se unen para crear una apariencia sin igual que recuerda a un bloque de piedra debastado por las olas. Alguna de estas modificaciones son sublimes y añaden una belleza involuntaria, asomada a los avatares de la historia, debida a los efectos de las causas naturales y del tiempo. La Victoria de Samotracia es ahora menos mujer y más viento de mar y cielo...